miércoles, 6 de febrero de 2008

Un comienzo

Decidir dar el paso, es optar por una vida de entendimiento, comprensión y bienestar. Ese acto solemne y solitario, puede mover el Universo. Tu eres un ser divino, con falencias y fortalezas. Pero en el fondo de tu ser vive una bella persona que busca asumir el control de nuestros actos, no combate contra tu ego, no es la superchería de un Dios en particular, no es la salvación, ni la eterna sanación, es un verbo más concreto que beneficia a todos y todas. Cada paso que das hace temblar a las sombras del egoísmo, la idolatría, la megalomanía y el ensueño. Podemos dejar de ser “Ilusionados” para ser “Iluminados”.

Cuando uno decide abrir los ojos, comienzas a ver que tu vida esta acompañada por cientos de seres de luz que te acarician los cabellos mientras duermes y que te ayudan a caminar cunadop despiertas. Un mágico proceso de sanación es ver a tus semejantes, a todos sin excepción, como seres divinos que merecen respeto, amor, compasión y felicidad.

No permitas que la indolencia, la negación y por sobre todo la indiferencia dominen tu vida. Cada vez que das portazos y rechazas el cariño de alguien o de algo, estás destruyendo esa bella capacidad de sembrar amor y cosechar compasión.

Sé como el junco, observa atentamente las acciones y sentimientos que los otros te proyectan, acéptalos, no los rechaces, son mensajes, formas de comunicarte, una expresión de un ser que merece respeto y consideración. Conduce su energía hasta apaciguar su furia, su negación y su sinsentido. Que la vida no te pase por el lado, no vivas entre fantasmas, atrevámonos a respirar el amor de la existencia y llenar nuestra alma de la dicha de estar vivos. Que así sea.

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