
La sabiduría de las flautas
Desde hace unos días me acompaña un pensamiento. Las creencias dogmáticas no se pueden refutar. Para quienes creen en ellas son verdades absolutas, por ende no entran en el terreno de la discusión. La no creencia tampoco es cuestionable, quienes creemos en que no creemos, también somos dogmáticos. Estamos seguros que los creyentes están equivocados.
Todo esto me lleva a plantear un camino intermedio entre los que creen y los que no. El tema de importancia no es la contraposición de visiones. Ellas generan conflicto y caos. ¿Cuántos hombres y mujeres no han muerto en manos de la verdad? La pelea por ella es absurda e inconducente y no produce merito ni bienestar.
Podríamos estar hasta la eternidad mirándonos el ombligo para convencernos, los unos con los otros, judíos, musulmanes, católicos, krishnas, etc y etc…
A riesgo de ser severo, creo que no importan las creencias, más relevante son las actitudes que se demuestran en el entorno. La realidad esta constituida por los mismos elementos naturales. El aire que respiramos llena por igual los pulmones de moros y cristianos.
Tengo la siguiente alegoría, imaginémonos que en una orquesta los instrumentos están preparados para emitir el sonido musical. Por si solos no pueden sonar, por ende necesitan de alguien que al interactuar con ellas genere sonidos. Habran personas buenas para las guitarras, flautas y tambores. Quizás el experto del tambor haga muy poco con la flauta y viceversa. Por ende, las religiones y creencias son sólo los instrumentos de una gran orquesta, en lo personal percibo que todas las creencias, míticas, religiosas o filosóficas carecen de algo, ese algo puede estar ligado a la visión “humana” de la divinidad.
En el fondo nuestras formas responden a necesidades humanas, por ende contienen las fortalezas y debilidades de la existencia. Leía en un libro Krishna que no se puede generar el bien si no se hace a través del amor a Krishna, para los cristianos Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, estas afirmaciones son muy respetables, pero un poco excluyentes.
Me llama la atención que la mayoría de la creencias se basan en la preparación para la otra vida, sea esta en reencarnación o en el acceso a un lugar divino de salvación o castigo.
El tema es que tiendo a creer que si se puede actuar d ebuena forma en el aquí y ahora sin necesitar de apellidos o conflictos, ni menos de pagos o castigos. He conocido muy buenas personas, Krishnas, Cristianos, Ateos, Melquisedeck, Budistas, Agnósticos, Protestantes y Judíos, que durante su vida han sido un ejemplo de tolerancia, amor al prójimo, solidaridad, bienestar, entendimiento, apertura y humildad, si los comparamos con flautas, de ellas salen preciosas melodías que engrandecen nuestra existencia y revitalizan nuestra cadencia.
Pero también he visto en esas mismas personas, actitudes poco solidarias y compasivas. La pregunta es ¿Es la religión o la creencia un aval de buena actitud en si misma?, pienso que no. Las religiones y visiones son el “apellido”, el instrumento utilizado para perfeccionar nuestra realidad, una compañía de nuestro camino, pero no es el viento que provoca el sonido en si mismo. Las flautas están alistadas, pero hace falta de buenos músicos que sepan sacarles el mejor provecho, un mismo instrumento puede sonar divino o atroz, dependiendo de quien lo interprete.
“El Tao que puede ser nombrado no es el Tao verdadero”, ¿Qué significa esto para ti?, ¿Qué le dice a tu corazón?, ¿Es tu creencia con nombre y apellido el tao verdadero?, ¿Existe el Tao verdadero?, ¿Dónde empieza la verdad y termina el dogma?, ¿Cuándo el instrumento se convirtió en el músico?.
Patricio Mery
Diciembre 2007
Desde hace unos días me acompaña un pensamiento. Las creencias dogmáticas no se pueden refutar. Para quienes creen en ellas son verdades absolutas, por ende no entran en el terreno de la discusión. La no creencia tampoco es cuestionable, quienes creemos en que no creemos, también somos dogmáticos. Estamos seguros que los creyentes están equivocados.
Todo esto me lleva a plantear un camino intermedio entre los que creen y los que no. El tema de importancia no es la contraposición de visiones. Ellas generan conflicto y caos. ¿Cuántos hombres y mujeres no han muerto en manos de la verdad? La pelea por ella es absurda e inconducente y no produce merito ni bienestar.
Podríamos estar hasta la eternidad mirándonos el ombligo para convencernos, los unos con los otros, judíos, musulmanes, católicos, krishnas, etc y etc…
A riesgo de ser severo, creo que no importan las creencias, más relevante son las actitudes que se demuestran en el entorno. La realidad esta constituida por los mismos elementos naturales. El aire que respiramos llena por igual los pulmones de moros y cristianos.
Tengo la siguiente alegoría, imaginémonos que en una orquesta los instrumentos están preparados para emitir el sonido musical. Por si solos no pueden sonar, por ende necesitan de alguien que al interactuar con ellas genere sonidos. Habran personas buenas para las guitarras, flautas y tambores. Quizás el experto del tambor haga muy poco con la flauta y viceversa. Por ende, las religiones y creencias son sólo los instrumentos de una gran orquesta, en lo personal percibo que todas las creencias, míticas, religiosas o filosóficas carecen de algo, ese algo puede estar ligado a la visión “humana” de la divinidad.
En el fondo nuestras formas responden a necesidades humanas, por ende contienen las fortalezas y debilidades de la existencia. Leía en un libro Krishna que no se puede generar el bien si no se hace a través del amor a Krishna, para los cristianos Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, estas afirmaciones son muy respetables, pero un poco excluyentes.
Me llama la atención que la mayoría de la creencias se basan en la preparación para la otra vida, sea esta en reencarnación o en el acceso a un lugar divino de salvación o castigo.
El tema es que tiendo a creer que si se puede actuar d ebuena forma en el aquí y ahora sin necesitar de apellidos o conflictos, ni menos de pagos o castigos. He conocido muy buenas personas, Krishnas, Cristianos, Ateos, Melquisedeck, Budistas, Agnósticos, Protestantes y Judíos, que durante su vida han sido un ejemplo de tolerancia, amor al prójimo, solidaridad, bienestar, entendimiento, apertura y humildad, si los comparamos con flautas, de ellas salen preciosas melodías que engrandecen nuestra existencia y revitalizan nuestra cadencia.
Pero también he visto en esas mismas personas, actitudes poco solidarias y compasivas. La pregunta es ¿Es la religión o la creencia un aval de buena actitud en si misma?, pienso que no. Las religiones y visiones son el “apellido”, el instrumento utilizado para perfeccionar nuestra realidad, una compañía de nuestro camino, pero no es el viento que provoca el sonido en si mismo. Las flautas están alistadas, pero hace falta de buenos músicos que sepan sacarles el mejor provecho, un mismo instrumento puede sonar divino o atroz, dependiendo de quien lo interprete.
“El Tao que puede ser nombrado no es el Tao verdadero”, ¿Qué significa esto para ti?, ¿Qué le dice a tu corazón?, ¿Es tu creencia con nombre y apellido el tao verdadero?, ¿Existe el Tao verdadero?, ¿Dónde empieza la verdad y termina el dogma?, ¿Cuándo el instrumento se convirtió en el músico?.
Patricio Mery
Diciembre 2007
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