Pare de sufrir decía el lema. Cristo lleva más de 2000 años clavado en el martirio de la cruz en la cual murió para darle salvación a todos los seres sintientes del mundo. Los poderes terrenales y fácticos de la Iglesia gozan viendo sangrar al Cristo viviente, han fundado su riqueza en la contradicción del sufirmiento, paradojicamente el iniciado que pregonaba amor, solidaridad e igualdad sirvió para formar el imperio y empresa más grande en la historia del hombre. La fe mueve montañas y también millones. Hay que bajar a Jesus de la Cruz, no es el dolor de su muerte el legado de sus enseñanzas, no es sólo la mirada miope de los que mantienen la pobreza para satisfacer la caridad culposa de los pecadores. No es la concepción falsa, conservadora del bien y el mal que juegan al ajedrez, Jeshua fue mucho más que las escrituras que tratan de descifrar su obra. El amor puro y compasivo dista kilometros de distancia con la fastuosidad de los fariseos de la Iglesia que adminsitarn su legado...
viernes, 6 de abril de 2007
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