La humanidad vive y trasciende directa e indirectamente de los logros y dificultades del conjunto de acciones y reacciones provocadas universalmente. Cada acción tiene una reacción. Por ende es importante que pongamos nuestra atención en cambiar la forma con que nos relacionamos entre las personas. Los grandes cambios organizacionales basan su éxito en la incorporación de pequeños cambios o de primer orden en la conducta de las personas.
Desde esa perspectiva, asumo que nuestras relaciones interpersonales tienden a transformar nuestra propia vida. Las expresiones de individualismo, sean estas espirituales, políticas o económicas, perjudican nuestra capacidad de transformación.
Es importante cuidar las formas, tiendo a pensar que nuestra conducta es el reflejo de nuestra capacidad para mantener una vida coherente y feliz. Si alguien se muere en China lo más probable es que tenga una consecuencia en Chile. Puede sonar absurdo, pero una mirada total nos permite tomar perspectiva con los procesos. No es lo mismo mirar los fenómenos pegados a ellos que con una cierta distancia.
La fuerza de la perspectiva esta constituida por la capacidad de trascender de nuestro ego, para mirar con gratitud y generosidad a los demás. Centrar nuestro proceso en nosotros mismos es no tener conciencia de las fuerzas centrífugas y centrípetas que afectan nuestros momentos.
Por ende no puedo pregonar amor y compasión si no tengo la capacidad de ser respetuoso del libre albedrío pero también de lo que siente el otro que soy yo, distinto a yo, pero que en el fondo es un yo universal. La humanidad esta ligada por un nexo de compromiso y fluidez que busca promover una mirada eterna y maravillosa de nuestra existencia.
Desde esa perspectiva, asumo que nuestras relaciones interpersonales tienden a transformar nuestra propia vida. Las expresiones de individualismo, sean estas espirituales, políticas o económicas, perjudican nuestra capacidad de transformación.
Es importante cuidar las formas, tiendo a pensar que nuestra conducta es el reflejo de nuestra capacidad para mantener una vida coherente y feliz. Si alguien se muere en China lo más probable es que tenga una consecuencia en Chile. Puede sonar absurdo, pero una mirada total nos permite tomar perspectiva con los procesos. No es lo mismo mirar los fenómenos pegados a ellos que con una cierta distancia.
La fuerza de la perspectiva esta constituida por la capacidad de trascender de nuestro ego, para mirar con gratitud y generosidad a los demás. Centrar nuestro proceso en nosotros mismos es no tener conciencia de las fuerzas centrífugas y centrípetas que afectan nuestros momentos.
Por ende no puedo pregonar amor y compasión si no tengo la capacidad de ser respetuoso del libre albedrío pero también de lo que siente el otro que soy yo, distinto a yo, pero que en el fondo es un yo universal. La humanidad esta ligada por un nexo de compromiso y fluidez que busca promover una mirada eterna y maravillosa de nuestra existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario